No hay antecedentes de partidos entre Nueva Chicago y Platense durante el amateurismo. El cuadro de Mataderos se desenvolvió en el ascenso y cuando actuó en Primera, lo hizo en la asociación menos calificada.
Lo cierto es que recién pudieron medirse cuando Platense descendió por primera vez, en la vieja Primera B. El primer choque ocurrió el 7 de julio de 1956 en Mataderos y el Calamar triunfó por 3-0, con tantos de Berazza, Murúa y Gatti. Chicago se desquitó rápido, ya que en el templo de Manuela Pedraza y Crámer, el 10 de noviembre se impuso por 4-2, con tres goles de Calandria y uno de Cardoso, descontando Martín Pando y Horacio Torello para el Marrón.
Platense recién volvería a ganar como visitante en 1963, cuando lo hizo por 2-1 con tantos de Scandoli y Mazzeo. Ya en el torneo de Reclasificación de 1968, el Calamar se hizo fuerte en Mataderos venciendo por 2-1 con conquistas de Néstor Subiat, algo que repitió en el regreso a Primera B con el mismo marcador y goles de Ricardo Troncone y Ernesto Ulrich.
Durante la corta estancia de Chicago en los años ochenta en Primera A, Platense logró imponerse por 3-2 de visitante, el 29 de marzo de 1982, con tantos de José Luis Petti, Claudio Viscovich y del defensor Mario Lucca, en contra. Ya jugando ambos en la B Nacional, el Calamar triunfó en Deportivo Español en condición de visitante, el 10 de octubre de 1999 con gol señalado por Julio Zamora.
Desde aquella tarde y en dos categorías diferentes, se midieron 12 veces, con 9 empates y 3 triunfos de Chicago. El último recuerdo de visitante para Platense no es feliz. Perdió 3-0 en junio de 2012, y se quedó afuera de la Promoción.
El historial general es muy parejo: 50 partidos, con 15 triunfos de Platense y 14 de Nueva Chicago, con 21 empates. En goles convertidos, 61-58 es la mínima ventaja para los verdinegros. Y en el partido del sábado, estará en juego el alejamiento casi definitivo de Chicago o un crecimiento de las expectativas de Platense.