La época que vive el fútbol argentino tiene un componente básico: la irregularidad de los equipos. No hay en ninguna división ejemplos de equipos que consoliden con una racha extensa y plena de triunfos. Son más de cien los cuadros que participan en los torneos de AFA, pero esta vez existe una excepción: Nueva Chicago.

El equipo de Mataderos ha encadenado una suma impresionante de puntos que le permitió escalar hasta llegar al liderazgo. La victoria sobre Atlanta en el inicio del año le permitió sacarle ventaja al club de Villa Crespo. Y además, convirtió a su cancha de Mataderos en una fortaleza.

Chicago ha perdido un solo partido en su estadio, ante Almagro por 3-2. Mejoró en su zona defensiva, lo que lo lleva a tener el arco menos vencido del torneo y ha desarrollado la capacidad de convertir y seguir atacando, algo que no todos hacen, en un torneo repleto de mediocridades y de temores a exponerse.

Claro está: Chicago tiene una gloria del fútbol de ascenso. Cristian Gómez cuenta con 39 años y cumplirá los 40 el próximo 7 de noviembre. Debutó hace 22 años en la primera del cuadro verdinegro y tras un larguísimo paso por otros clubes incluyendo seis años en el fútbol de los Estados Unidos, ha vuelto para guiar a su equipo.

Gómez muestra la misma potencia física y el talento que evidenció en otras décadas. Su caso es único y seguramente irrepetible. Es el estandarte de un Chicago engrandecido por una campaña que pinta para memorable y no da señales de una caída a corto plazo, más allá del choque contra Platense, que no gana en esa cancha desde 1982.