¡Platense es de Primera! Los varones dieron vuelta un partido increíble para ganarle a La Patriada por 28-26 y ascendieron a la Primera División del Handball Metropolitano, en una noche histórica en el microestadio de Vicente López.

Muchas veces se dice que alguna situación es «épica», cuando en realidad no lo es tanto. O cuando se quiere agrandar algo que no lo es tal. Sin embargo, en esta ocasión, la palabra le calza perfecto a la victoria de Platense por 28 a 26 sobre Handball La Patriada, en la noche del feriado en Vicente López, porque todo parecía darse en contra y poco hacía predecir que el ascenso a Primera se iba a materializar esa misma noche.

Platense llegaba a los cuartos de final del Súper 8 de Segunda División (los 4 mejores clasificados de las dos zonas) en estado de gracia: primero en su zona con cierta holgura y con un despliegue de buen juego y recursos a lo largo del torneo clasificatorio que lo elevaban a la categoría de claro favorito frente a La Patriada, cuartos en su zona pero con un llamado de atención por su batacazo en la última fecha con un triunfo frente al líder invicto.

Con un gimnasio repleto como pocas veces se había visto en la historia de Platense Handball, el comienzo sorprendió. Y no para bien, porque La Patriada fue construyendo minuto a minuto lo que fue su mejor actuación de todo el año, mientras que el Calamar, nervioso, ansioso, presionado por el marco y el favoritismo no jugó como sabe jugar. Es así entonces que la defensa fue porosa, que no pudieron robar pelotas, que la franja izquierda era una invitación para los lanzadores rivales, los mismos que a medida que transcurría el partido, se fortalecían, se confiaban más y más y ya tiraban, con alta eficacia, de todos lados. La defensa de Platense estaba desbordada.

En ataque la situación no era mucho mejor. El ataque posicional era «pastoso», enredado, rara vez se logró entrar a la carrera con tiros francos o encontrar al pivot o a los extremos, y en las transiciones defensivas La Patriada era muy ordenado y no permitía contragolpes.

Que ese primer tiempo haya terminado 15-11 abajo por un lado dejaba un estado de confusión que había crecido con el paso de los minutos, pero por otro permitía cierta tranquilidad porque la diferencia podía haber sido mayor, y aún quedaba media hora de juego.

En los diez minutos iniciales del segundo tiempo, la noche más oscura se abatió sobre Vicente López. Allí se vió lo mejor de La Patriada, con López y Torres (16 goles combinados) coronando una actuación excelente, que siguió golpeando a un Platense que no lograba quebrar la inercia de la etapa inicial, y lo que hasta pocos instantes antes era cierta preocupación, ahora ya se había escalado a la categoría de desesperación. La Patriada había tomado 6 goles de ventaja a falta de 20 minutos.

Y en ese momento ocurrió lo impensado. Minuto pedido por el entrenador local, Román Bravo, y enseguida se empezaron a ver los primeros síntomas alentadores. La Patriada, que no había perdido una sola pelota en todo el partido, empezó a decaer físicamente. La primera línea defensiva de Platense comenzó a ganarle la batalla a los dos goleadores y algunas pelotas sueltas derivaron en goles rápidos, fáciles para el «Marrón». En sólo seis minutos, metió un parcial de 4-0, que no le dejaron otra alternativa al DT rival que pedir tiempo muerto.

Las caras ya eran otras, los ánimos también. La hinchada era un infierno. Los jugadores rivales pidiendo a su gente que los alentara. Los de Platense sin charla técnica y sólo dándose ánimos gritándose entre todos que «¡Sabemos que vamos a ganar este partido!». Y a partir de ahí, en esos minutos finales, se vió lo mejor de Platense y del partido. Y precisamente lo mejor del partido fue Leandro Holguín, el «arquerito Calamar» que se había iniciado en las Inferiores en categoría Menores, que luego se había alejado un par de años y volvió para este proceso. Holguín tomó confianza y virtualmente cerró el arco: tres tapadones mano a mano con sus rivales eran LA señal de que el partido se ganaba. Pero no estuvo solo: aparecieron Fernando Cruz y Juan Sánchez (15 goles entre ambos), con tiros externos, de contraataque, desde el extremo o habilitando al pivot Nicolás Amestoy; Santiago Romero, por su parte, le dio orden y agresividad al ataque, mientras Alejandro Vertullo convertía un gol increíble y poner a Platense dos goles arriba con 30 segundos por jugarse. Los segundos finales fueron «de película»: rápido gol de La Patriada y luego penal a favor de Platense por una infracción infantil de un rival a sólo 6 segundos del final. Gol y explosión. Épico. ¡Platense es de Primera!.

Fotos: Gonzalo Colini

Departamento de Prensa C.A. Platense