Hoy 9 de octubre se conmemora el Día Internacional del Hincha de Platense en honor a Nicolás Landoni. Apasionado por Platense y el rock, «Nico» cumpliría 34 años. Un ejemplo más que merecido que su día de nacimiento sea decretado como el día del hincha, ya que nunca ningún obstáculo impidió que alentara al calamar.
El «Cabezón» como lo llamaban sus amigos fue una de las 194 almas que no sobrevivió a la tragedia de Cromagnón el 30 de diciembre de 2004. Era tan fanático del calamar que falleció con la camiseta puesta. Su pasión no conocía obstáculos: se transladaba en su silla de ruedas sin que ello fuera un impedimento para desarrollar su oficio como periodista deportivo y su infinito amor por Platense.
La familia Landoni es oriunda de Villa Urquiza. El fanatismo por el calamar nació de la mano de sus abuelos que vivieron en Saavedra. A «Nico» le encantaba el fútbol y sufría mucho. Su estado de ánimo dependía del resultado del partido que Platense jugara, cuentan sus allegados.
Carolina Landoni recuerda a su hermano con mucho amor: «Siempre me gastaba, el volvía de ver a sus bandas de rock y yo estaba estudiando medicina. Era muy reservado con sus cosas. Terminé de conocerlo por las anécdotas que me fueron contando sus amigos, y a veces no podía creerlo: «Decía que tenía que ir con los chicos y se iba a la cancha de Flandria. Nico no pudo haber hecho eso, decía entre risas.»
«Caro» cuenta que su papá, Carlos, se abocaba mucho a su hermano. Con él recorrió el país siguiendo al calamar. Además, señala que «es un orgullo que su nombre esté en una tribuna de la cancha. Que hayan elegido la fecha de su cumpleaños es un cierre perfecto. Su sueño era terminar ahí. El «cabe» siempre me dijo: «Cuando me muera quiero que tiren las cenizas en la cancha.»
Dos tatuajes hablaban de sus pasiones: un piojito en el cuello y el escudo del «Calamar» . Pero sin duda, su oficio de alma era el periodismo. Recibido en Deportea, a Nico le gustaba mucho el fútbol pero tuvo que lidiar con las materias de Golf y Boxeo que no eran de su agrado. Desde su entorno cuentan que era muy observador: «Escuchaba las opiniones de todos y después hablaba.»
Para concluir, Carolina sostiene que desde que Nico no está físicamente, la familia tiene señales de que está presente. Desde coincidencias en números hasta su nombre en lugares puntuales. Por ejemplo, su matrícula de médica termina en 9. «Es algo espiritual pero yo lo siento cerca siempre», finalizó.
Su amigo, Andrés Ignacio Stahler, más conocido para los calamares como «Wally» está escribiendo un libro acerca de la vida de su amigo. Según adelantó, el texto se encuentra por la mitad ya que por motivos de estudio no pudo terminarlo, pero probablemente el próximo año este terminado.
Pasión sin barreras
Siendo unas de las personas que compartió más momentos con él, «Wally» destaca: «Lo que más rescato de él era su personalidad.Te demostraba que nada era imposible, porque con sus limitaciones físicas, con su enfermedad que era atrofia muscular espinal, él podía hacer lo que quisiera. En todo sentido. Iba al colegio. Su clase era en un primer piso por escaleras, y todos los días el las subía.Nunca movieron la clase por él.»
Con respecto a los obstáculos: «él siempre demostraba que no existían. Iba a todos lados, si había que subir varios escalones, él los subía. Su familia demostró mucha unión siempre. Su papá lo pasaba a buscar y se encargaba de la silla de ruedas. La fuerza de voluntad de su familia que nunca bajó los brazos fue fundamental.»
El fanatismo
En todas las canchas donde jugaba Platense, local o visitante, él estaba. Siempre se las rebuscaba para ir, para llegar, para ubicarse en la tribuna. Y no iba a platea, iba a la popular. Le encantaba el folklore del fútbol, todo lo que sea el aliento. Las hinchas, las banderas. tenía dos. Una que decía «Platense tu locura me consume» y la de «El Placer de Sufrir». En esa época había internet en pocos lugares, pero él enviaba siempe a la lista de correo calamar que era por mail, donde todos los días escribía, iba poniendo sus anécdotas. Esa lista existe hasta el día de hoy. Eran más de ochocientos calamares.Le encantaba hacer la previa de los partidos. Se ponía a cortar papelitos para la hinchada. Siempre arengaba diciendo que había que acompañar al equipo.
Su otra pasión: el rock nacional
Era tan apasionado de Platense como del rock. Le encantaba Callejeros. Era muy fanático de Los Piojos, y de la 25. Con sus primos Martín y Clota González tenían una banda, y él era el manager. Le gustaba ser manager de la banda de rock de sus primos.
Llegó Platense
Su experiencia en la radio. «Wally relata:»Hicimos un programa de radio con Gustavo Lamy, Hernán Buzzella y él. Arrancaron en una FM y después pasamos a una AM. Allí hicimos un programa diferente, que al día de hoy todos recuerdan. Al principio Nico era muy tímido. Pero a los cinco programas se fue soltando y fueron saliendo programas buenisimos. Entrevistabamos a viejas glorias, como a Marcelo Espina, al Ruso Spontón. Siempre le ponía una impronta al programa. Además del equipo, las tandas eran con músicas y el siempre ponía rock.
Acerca del éxito que tuvo el programa, Andrés comenta: «Se hizo tan conocido que terminamos haciendo un libro que se llama «A pesar de los años». Contó con ocho capítulos. Cada uno era un partido o una anécdota que quedó registrado como polémico. O cuando ibamos perdiendo con River y después terminamos ganando. Todos estaban titulados con canciones del «Polaco» Goyeneche.Algunos capítulos hablan acerca de la final contra Estudiantes. Los 22 penales del 77′. El desempate con Temperley y posterior descenso de ellos. La quiebra y el descenso con Racing de Córdoba, entre otros, concluyó.
En orden: Hernán Buzzella, Gustavo Lamy, Andrés Stahler y Nicolás Landoni en el estudio en el cual se emitía «Llegó Platense».
¡Agradecemos la predisposición absoluta de Carolina Landoni y de Andrés Ignacio Stahler por mantener vivo el recuerdo de Nico, que sigue presente en el corazón de cada hincha de Platense y en cada rincón de la Goyeneche!
DEPARTAMENTO DE PRENSA
CLUB ATLETICO PLATENSE
