Gustavo Werner contó a cap.org.ar lo que viene sintiendo hace muchos años con respecto al Fútbol Profesional. El título de esta nota lo elegimos desde cap.org.ar ya que con el mismo sintetiza lo que siente este hincha calamar y ahora socio. El resto de la nota es autoría exclusiva de Gustavo. 

 

SENTIDO DE PERTENENCIA:

Pasó otra temporada y nuevamente el objetivo planificado quedó sin cumplirse. A principio de 2014 todos esperábamos la vuelta a la B Nacional y estuvimos a un paso. A un minuto. Seguramente ese ascenso traía al final de la temporada, seis meses después, la ansiada, rápida y hasta inesperada vuelta a Primera División. Muchos la noche de Turdera, a los 43 minutos del segundo tiempo, empezamos a pensar en que esa quimera se hacía realidad. Que a aquellos que no nos creen que Platense alguna vez fue protagonista en Primera les íbamos a demostrar que así era, que dejaríamos estas canchas de Flandria, Villa Dálmine y UAI Urquiza para pasar por el interior primero y volver después al Monumental o la Bombonera.


Pero como siempre algo pasa… y pasó. Yo tengo 31, sufrí descensos, el de Primera a B Nacional y los del Nacional a la B Metro. Todos me dolieron, mucho, mucho. Pero la noche de Turdera es difícil de explicar. Porque pasaron los meses y todavía no me repongo. De verdad lo digo. No puedo. A la noche cada tanto me vienen imágenes del partido, recuerdo a Popi Quiroga aguantando una pelota en el córner de ellos a segundos del final y la sensación de ese momento que frente a la tele que me invadió… el ya está, ascendemos, esta vez sí, no se nos escapa, no hay hay posibilidad de que ellos vuelvan a atacar.


Pero en un click todo cambió. Esa noche lloré pero poco, en realidad es como que no terminaba de caer. Leía mensajes a mi celu que decenas de amigos que no son de Platense pero que se quedaron hasta pasada la medianoche ese domingo para alegrarse conmigo, y que trataban de levantarme el ánimo diciendo que en seis meses hay revancha, que no lo podían creer, que cuánta sal… esa semana leía a través de facebook las reacciones de todos los amigos que comparten esta pasión, algunos puteando, otros tratando de dar ánimo al resto de los calamares, la mayoría resignados…


Dejé pasar unos días y traté de concentrarme en lo que venía… Méndez seguía y para mí era lo mejor que nos podía pasar, con unos retoques ascendemos, pensé. Se fueron Popi Quiroga, Pato Rodríguez y Melivillo, los tres diferentes que había en el plantel, los que con pros y contras eran de otra categoría… Llegaron varias caras nuevas, y no me convencía ninguno, es la verdad, pero los había elegido Méndez y eso para mí era garantía de que el equivocado era yo… estaba claro que si el Gallego los había elegido era por algo… entonces Peyrán sería el mago del medio y nos haría olvidar a Popi y Pato, Cattaneo sería el Franco Baressi de la defensa, un caudillo que en poco tiempo se convertiría en héroe de los hinchas… Zuniga sería ese famoso 5 que siempre decíamos que nos había faltado la temporada anterior cuando Páez y Pepe no nos terminaban de convencer…


Todas las noches la pesadilla de Temperley me atormentaba, pero me imaginaba a los jugadores llenos de necesidad de revancha, hablando en el vestuario y juramentándose que esta vez no se podía escapar el ascenso, que eran seis meses nomás… y eso me hacía pensar que solo era cuestión de aguantar un poco más y el ascenso llegaría…


Necesitaba algo que me movilizara y decidí hacerme socio… Estás loco me decían los conocidos, sos del interior, es tirar esa plata, para qué? Solo me limitaba a explicarles que era SENTIDO DE PERTENENCIA. Que había nacido mi hija meses antes y que mi ilusión era que decida compartir esta pasión por Platense con su padre, que siempre me vivía quejando de la situación del club y que algo quería y debía hacer, no era mucho, pero era un granito de arena para tratar de ayudar y no quedarme en palabras… Y lo hice. Me asocié.
Empezó el torneo, los resultados no se dieron, quedó demostrado que la espada de Turdera todavía nos hacía sangrar, que era mucha la bronca contenida y la paciencia del hincha no existía más… el equipo no respondía, Cattaneo no era Baressi, Zuniga no era Páez (con todo lo que eso implica…) y Peyrán no era Popi ni Pato.


Se fue Méndez y me dolió mucho, porque sé que si se equivocó no lo hizo de mala leche. Lo vi llorar por Platense y eso para mí no tiene precio y habla de su don de buena gente. Creo que él más que nadie necesitaba una revancha para cerrar esa herida de Temperley que, por su personalidad, no tengo dudas de que todavía hoy lo hace sufrir. Era un buen DT, era honesto y era una persona de bien. Con todo lo que necesitamos gente así en una institución como la nuestra…


Sentí que volvíamos a empezar de cero, que era retroceder muchos casilleros hacia atrás… pero llegaba Mariano Rukavina, me quedaba la ilusión porque mágicamente, hasta con los planteles más conflictivos, él siempre lograba enderezar el barco… y estábamos a tiempo todavía. Pero los resultados no llegaron. Hubo separación de jugadores, mal ánimo en el plantel, ya estábamos sin presidente, se sumaban deudas económicas y financieras, las fechas pasaban y los de arriba se escapaban… empecé a resignarme. De todas formas, siempre sentí la misma necesidad de sentarme frente a la compu y seguir los partidos, porque ya ni siquiera TyC nos transmitía…miércoles a las 16.00, lunes a las 17.00… perdiendo, jugando mal, sintiendo que era la crónica de una muerte anunciada.


Así llegamos al final… con la mini alegría contra Comunicaciones por cerrar al menos con un triunfo el campeonato y con la oportunidad de avanzar contra Armenio en la Copa Argentina, como para al menos irnos con algo a estas vacaciones futboleras que -al menos para mí- serán eternas, pensando en que faltan como tres meses para volver a ver a Platense…


Lo único positivo que saco de estos meses en lo personal es que algunas cosas en mi interior de a poco, muy de a poco, fueron cambiando… ya no me duele ver ganar a Temperley y ascender a Primera, no me duele ver a Matos como gran goleador de Chicago, no me duele ver que Nardozza, Barreiro y Melivillo ahora sí ascendieron… lo digo de verdad, me pasaba pero ya no me pasa. No me queda otra que pensar en el hoy.


En este presente veo un 2015 difícil, pero de todas formas mi cabeza no deja de pensar en que esta vez sí va a ser, que hay que aguantar un poco más. Y quiero creer que el técnico que llegue potenciará al máximo a cada integrante del plantel, que haremos la mejor pretemporada de la década, que Trapito volverá a ser MI IDOLO, MI MESSI, MI BATISTUTA, MI HÉROE… que llegarán dos incorporaciones que le darán un necesario salto de jerarquía al plantel… y ya me imagino la formación de 2015, saco conclusiones de qué chicos están para mantenerse en Primera y cuáles no… pienso en que vuelven Mattiuzzo y Humberto Vega, y aunque antes los puteaba la verdad es que después de este semestre ya los quiero de nuevo…


Una y otra vez me pasa que en mi ciudad, Crespo, provincia de Entre Ríos, donde nadie puede creer que sea hincha de Platense, con buenas y con malas intenciones muchos me preguntan… ¿Y seguís siendo de Platense? Y la verdad es que no me hace mal eso, no me mata esa ironía, o alguna cargada. Al contrario. Tengo cada vez más sentido de pertenencia. Y veo después a Fabio Campanini, Marcelo Tocco, Seba Fabbri, Marcelo Calamar y cuántos más… y siento que no soy el único que piensa así.
Y ya quiero que sea febrero. Y digo ahora sí. Basta de llorar por Turdera, por lo que no fue, por los errores, por nuestra mala suerte. Y empiezo a pensar en que empezará otra temporada y como siempre, como cada torneo, antes y después de cada partido con cada hincha calamar que lo siente como yo volveremos a amargarnos con alguna derrota y a ilusionarnos con cada victoria. Y soy de Platense más que nunca. Y si me hace mal verlo lo sigo viendo igual, porque no puedo abandonarlo. Aunque nos sigan pasando cosas, aunque me mate anímicamente. Es como un familiar, no puedo abandonar. De verdad no puedo. Amargarme está permitido, enojarme también, pero abandonar ahora, en esta situación, NO.


Y soy del interior, sí, pero no por eso siento menos. Al contrario. Todos los días, siempre siempre siempre, en algún momento del día, pienso en Platense. Y pienso que lo mejor está por venir. Que solo hay que esperar un poco más, que será 2015 seguramente la oportunidad. Y me imagino abrazando a mi hija, gritando como loco por el ascenso, llorando a moco tendido, recibiendo mensajes de amigos que hinchan por otros clubes pero terminan mirando los partidos de Tense porque saben que un loco que es amigo de ellos se pone contento o triste de verdad con cada resultado…


2015 va a ser. No me aflojen amigos calamares, ni los de Buenos Aires, ni los del interior, ni los del exterior. Sentido de pertenencia. Sigo y seguiré siendo eternamente hincha del calamar. Abrazo a todos y ojalá a alguno le sirvan estas palabras. El que abandona no tiene premio.