Un 7 de Septiembre de 1992 nació en Villa Urquiza Lucas Poggi. La vida quiso que llegara al mundo sufriendo de espina bífida. Pero 22 años después de ese diagnóstico la peleó, decidió salir adelante y hoy es uno de los mejores nadadores adaptados en la especialidad de 100 metros espalda del país. Esto le valió obtener la medalla de bronce en los recientes Juegos Parapanamericanos disputados en Toronto. Confeso hincha de Platense, en las siguientes líneas nos cuenta su historia.
CAP: Lucas, ¿cuándo empezaste con la natación y cómo llegaste a Platense?
LUCAS POGGI:Empecé a los ocho años, yo nadaba en una pileta municipal; iba a cuarto y quinto grado, o sea que hice la pileta con mis compañeros de primaria. En la última clase, en quinto grado, creía que todo se terminaba ahí. Pero alguien se fijó en mí, me hizo la propuesta para empezar en un equipo, precisamente era una entrenadora que entrenaba a chicos con discapacidad, a lo que yo por supuesto dije que sí; ahí hice mis primeros pasos en un club.
Previo a eso yo iba a Villa Carlos Paz con toda mi familia para veranear y mis primeros pasos en la natación los di allí, en Córdoba. En clubes arranqué en River Plate y estuve allí 12 años gracias a la profesora. Luego, por una cuestión de que sentía de que ya lo había dado todo en River decidí cambiar de entrenador y apareció Juan Manuel Zucconi, quien es un excelente entrenador. Fue quien me hizo la propuesta de entrenar en Platense, la cual acepté. Además lo que tengo con Platense es que mi mamá en su momento fue socia, mi abuela también, es algo más familiar y de corazón que otra cosa. Ya es el tercer año que estoy en el club, con lo cual todos los años inauguramos la temporada de pileta en el verano. Me tocó representar en varias oportunidades a Platense con buenos resultados, estuve en el Mundial que se lo dediqué a ellos y a toda la gente de Argentina, lo mismo con la medalla de bronce, por supuesto.
¿Cómo fue tu carrera hasta que representás a Argentina en un Juego Parapanamericano?
Mi primera experiencia fue a los 18 años para los Parapanamericanos de Guadalajara 2011. Empecé a nadar a los 8 años y ya soñaba con ser un nadador profesional, y para llegar a un torneo internacional y representar a la selección transcurrieron ocho años más. A mis 16 años debuté en la selección juvenil y a los 17 en la selección mayor y allí comenzó todo. Tuve que ir escalando: nacionales acá en la Argentina, los nacionales de Brasil, hasta que llegó mi primer torneo internacional que fue en Colombia y después tuve dos etapas en Berlín.
Era muy chico, faltaba mucha experiencia y trabajar mucho; después de toda esa preparación llego a Guadalajara 2011 donde conseguí tres medallas. Cuatro años después la idea, por supuesto, era ir en busca de medallas; se trabajó muchísimo, con el cambio de entrenador estoy mucho más tranquilo y relajado. Los resultados se fueron dando muy rápido con Juan Manuel porque me llevó a mi primer mundial, me llevó a ganar un Sudamericano (Santiago 2014) y la idea era ir por una medalla en un parapanamericano y la clasificación a Río 2016. Estuve a un segundo de clasificar a los Juegos, no hay que perder la esperanza porque todavía queda un año, hay mucho para trabajar así que hay que darle con todo.
¿Cómo manejás el desgaste de tanto viaje a tu edad? Porque recién comentabas que tuviste que irte de Escocia a Canadá en muy poco tiempo.
Era la primera vez que iba a un Mundial. Por supuesto que lo viví con mucha expectativa, hacía la cuenta regresiva: faltan seis meses, cinco… y cada día yo me iba preparando más para ese momento. Tuve un lindo desempeño, además de eso Argentina por primera vez hizo una final del mundo en el relevo, yo fui el primer nadador en comenzar esa competencia. Después, el segundo objetivo importante eran los juegos de Toronto. Ahí había que tirar toda la carne al asador porque era el último torneo del año.
Como te dije, tuve dos competencias importantísimas en menos de un mes y es la primera vez que me pasan cosas tan increíbles: quedar décimo en un Mundial, nadando contra los mejores del mundo y además llegar a una final. Puedo decir que fui con una experiencia y volví con una final del mundo sobre las espaldas. Ahora se dio la medalla de bronce en una serie muy complicada porque había un nadador estadounidense muy bueno, otro nadador brasileño de peso y a un doble finalista del mundo.
¿Cómo se compone tu equipo de trabajo?
Está Laura Binetti que es mi preparadora física, Juan Manuel Zucconi, mi familia que es muy importante, mis compañeros de selección: Daniela Giménez y Marco Pulleiro, quienes son dos grandes referentes para mí y con quienes estoy trabajando muy duro de cara a lo que viene.
Ya estamos apuntando a torneo quizás de menor envergadura que un Mundial o los Parapanamericanos, pero que son clasificatorios para los Juegos Paraolímpicos y nos permiten pensar en Río 2016. Además, estoy nadando en un equipo de convencionales, así que eso me sirve mucho para lo que es mi laburo, porque nado solamente a brazos. Saber que mis compañeros nadan con brazos y piernas me obliga a que deba nadar más rápido, además a eso le agrego el cariño que tengo por Platense ya que cada vez que vengo al club me siento muy bien recibido.
¿Qué reflexión te deja la situación actual del deporte paraolímpico en general en Argentina?
Nosotros tenemos la oportunidad de viajar por el mundo y ver cómo se manejan otros equipos paraolímpicos. Se ven las facilidades o el acceso que tienen en este tipo de deporte. Acá en la Argentina falta mucho por trabajar, aunque también debo destacar que cuando me tocó viajar a Guadalajara en 2011 por suerte tuve el apoyo del ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y de la Secretaría de Deportes hasta el día de hoy. Pero hay mucho trabajo por hacer sobre todo de acá a cuatro años, fuimos una pesadilla para las potencias porque no entendían de dónde habíamos salido, y eso es una oportunidad que no se puede dejar pasar. En el Mundial la mayoría de los competidores iban por costumbre, nosotros fuimos por las medallas.
¿Qué apoyo o sponsoreo tuviste vos y la delegación que viajó a Toronto?
Nos apoya el ENARD y la Secretaría de Deportes, pero cada deportista tiene su propio sponsor. Yo no tengo sponsors, siempre digo que el auspiciante oficial es mi familia. Creo que es todo a puro corazón. Si tenemos el apoyo de Platense ya que nos cede gentilmente su pileta para que entrenemos, cuando está cerrada lo hacemos en el CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo).
¿Cómo es tú día a día fuera de lo que es la natación?
Es raro, porque no me imagino una vida sin la natación. Por ejemplo, ahora estoy de vacaciones y no sé qué hacer, estoy muy hiperactivo. Mi día es descansar porque sé que cuando en setiembre vuelva a nadar voy a nadar muy fuerte para competir. No tengo muchos días sin la natación, y cuando no hago nada estoy con mi familia, comparto momentos con mi sobrino. Ahora estoy disfrutando la medalla.
¿Qué se te vino a la cabeza cuando recibiste la medalla?
Fue una carrera muy dramática, se me cruzaron muchas cosas porque había hecho un trabajo muy forzado. Cuando subí al podio le hice una dedicatoria a mi mamá, que creo que se vio en las fotos que en la palma de mi mano decía “Para vos mami”, pensé en ella por el momento que está pasando y se lo quería dedicar.
Con la medalla de bronce obtenida, ¿vas por una medalla de otro color?
Si, siempre uno va por más. Cuando fui a Guadalajara dije que quería la medalla de oro, pero no se me dio porque había nadadores más fuertes y con otras condiciones. Además de eso, estoy en una categoría que es muy competitiva porque yo sólo nado con brazos y mis oponentes nadaban con brazos y piernas. Igualmente estos son mis primeros pasos en lo que es la rama olímpica del deporte, yo creo que recién voy a explotar en Tokio 2020. Siempre se puede dar una vuelta de tuerca, exploté ahora en estos juegos pero no reniego a poder mejorar y llegar al oro.
Vale destacar que en la Natación adaptada, todas las clases comienzan la letra “S”. Van de S1 a S10 para los nadadores con discapacidad física (siendo la 1 la más grave y la 10, la más leve). Entre S11 y S13, se encuentran los atletas con disminución visual. La categoría Poggi es la S8, en la cual compiten los nadadores con total uso de brazos y tronco, con alguna función de piernas. Algunos sólo usan un brazo o tienen cierta pérdida de miembro. Por ejemplo, atletas con patologías como parálisis cerebral, en la que tienen uso parcial de brazos y piernas o como en el caso de Poggi, con atrofia medular con uso total de brazos, pero sin uso del tren inferior. Por lo mencionado anteriormente, es que Lucas Poggi debe trabajar mucho sus brazos, para contrarrestar a sus oponentes que tienen otra patología, pero que muchos de ellos tienen cierta funcionalidad en sus piernas y por ende, pueden nadar también con patada
¿Qué le dirías al deportista que tiene una capacidad distinta, que está como vos que recién empieza, está analizando a dónde quiere llegar, qué mensaje le das desde tu experiencia, porque fuiste proponiéndote metas y las cumpliste con creces?
Quizás tener una capacidad diferente al principio es duro. Nacer con una discapacidad es muy diferente a tener una capacidad en el transcurso de la vida. Creo que el que nace con una discapacidad lo siente como normal, a veces me preguntan si me siento bien con mi discapacidad y yo les digo que sí, que me es natural usar bastón o una silla de ruedas. Tuve que atravesar muchas situaciones de mi vida para ser lo que soy hoy, no fue solamente tirarme al agua y empezar a nadar. Antes de eso pasé por mucha rehabilitación, por muchos obstáculos junto con mi familia y mis viejos que me han acompañado siempre. El mensaje que puedo dar para un chico, y por la experiencia que tuve de hacer 100 metros de pileta con 8 años lo cual puede decirse es de una inconsciencia absoluta (risas), es que la vida puede ser muy dura, porque un niño se pregunta por qué nací así, pero en algún momento se van a dar cuenta porqué, todo tiene un significado y si la pelean desde el principio y la familia lo acompaña y lo encarrila como hicieron conmigo, pueden lograr cualquier cosa. Quizás la vida sea más difícil que para el resto, pero no hay nada imposible de lograr.
Desde el Departamento de Prensa, felicitamos a Lucas por el éxito, el entusiasmo y la fuerza con la que crece día a día.
DEPARTAMENTO DE PRENSA
CLUB ATLETICO PLATENSE