Es ciertamente asombroso que su nombre -que nació a la fama internacional allá por 1928- aún continúe siendo motivo de recordación y admiración en el mundo entero. Hace poco, una encuesta europea, lo ubicó como el mejor puntero izquierdo de todos los tiempos. Estamos hablando de Raimundo B. Orsi, el inolvidable «Murno», quien apareció en dicha consulta de especialistas, integrando esta delantera de «terrible»: Matthews, Pelé, Distéfano, Puskas y Orsi.

En el año 1920 debutó en Primera división jugando para Independiente. Junto a Canavery, Ravaschino, Lalín y Seoane formó una destacada delantera. En el club de Avellaneda, Orsi logró dos campeonatos de Primera División de Argentina y tres ediciones sucesivas de la Copa Competencia.

En 1928 marchó a Italia contratado por la Juventus donde obtuvo los mayores éxitos de su carrera futbolística y llegó a ser convocado a la selección italiana. Se unió al club a tiempo para la temporada 1928-29 y estuvo allí hasta 1935, ganando cinco Scudettos consecutivos entre 1931 y 1935. En su primera temporada confirmo sus dotes de artillero y convirtio 15 goles. En las temporadas 1930/31 y 1931/32 Orsi convirtio 40 goles.

Finalizado su paso por el fútbol europeo, retornó a su tierra natal en 1935 y se reincorporó a Independiente. En 1936 jugó para Boca Juniors. En 1937 pasó a Platense y en 1938 jugó brevemente en Almagro. Finalizó su campaña en clubes extranjeros como Peñarol de Uruguay, Flamengo de Brasil y Santiago National de Chile, club en el que se retiró de la actividad.

Su debut internacional con Argentina fue el 10 de agosto de 1924 frente a Uruguay. En los siguientes 12 años, jugó 13 veces para Argentina y anotó 3 goles. Consiguió el Campeonato Sudamericano de 1927 y desempeñó un papel destacado en los Juegos Olímpicos de 1928. Posteriormente se nacionalizó italiano y jugó para la selección de ese país 35 partidos, convirtiéndose en el futbolista que más encuentros internacionales disputó para el equipo nacional de un país del cual no era nativo. Con la selección italiana obtuvo la Copa Mundial de Fútbol de 1934 disputada en ese país y dos Copas internacionales en 1930 y 1935.

Si echamos mano a los recuerdos, si decimos que «Mumo» a los 16 años jugó en la primera de Independiente, si agregamos que a los 20 fue campeón con los rojos; que poco más tarde fue titular del once argentino que actuó en las Olimpíadas de Amsterdam, en 1928 ; si destacamos que fue campeón mundial (1934) e ídolo desde 1929, en Italia, vistiendo la casaca azurra y el tricot de la Juventus (allí donde lucieron también Monti y Cesarini), habremos cerrado el primer qran ciclo de este puntero de excepción.

Decimos primer ciclo, porque poco más tarde, de regreso a su patria, «Mumo» volvió a vestir nuevamente la de los «rojos» de Avellaneda, y poco después la de Boca Juniors, para recalar – en 1937- en Saavedra, para formar ala con el diestro Prado y por lo tanto convertirse en un brillante exponente de Platense.

Orsi -camino de otra etapa brilIante-· había dejado atrás muchas hazañas y había entretejido también su paso por Almagro (como jugadory entrenador al mismo tiempo), para mirar nuevos horizontes. Así pasó por Peñarol de Montevideo, por el Flamengo de Río (junto al «Diamante Negro», Leónidas Da Silva) y tras la vuelta andar por los caminos de Chile, también como jugador y entrenador, para luego dar el salto al Atlante de México. De vuelta al país, recaló’ en Mendoza, mejor dicho en el Club Deportivo Maipú.

«A mí se me hace que Mumo no dejó de jugar nunca y que aun hoy, detrás de la línea de cal, sigue «fabricando» su partidito …».

En una charla con el, no estuvieron ausentes los clubes, los jugadores, incluidos compañeros y adversarios, y así como habló con entusiasmo y emoción de Renato Cesarini y del «Negro» Seoane, evocó su paso por Platense: «Qué buena gente… y qué compañeros. Mi paso por Platense me sirvió de mucho, me brindaron tanto afecto estará junto a mi por siempre» . «Mumo» falleció en Chile el 6 de abril de 1986.

Para que decir más cosas… Orsi fue un campeón mundial que vistió la camiseta de Platense. Y este club fue para él un ejemplo de cordialidad y amistad. La gloria que se abraza con un corazón agradecido.

(Texto – Libro 75 años de Historia del Club A. Platense – 1905-1980 – Jorge Sepiurca)